Cíbola fue una de las fantásticas ciudades que existieron en una vieja leyenda que se originó alrededor del año 713 cuando los moros conquistaron Mérida, España; según la leyenda siete obispos huyeron de la ciudad a algún lugar del norte de la Nueva España, en lo que hoy es el norte de México y el suroeste de Estados Unidos, no sólo para salvar sus vidas, sino también para impedir que los infieles moros se apropiaran de valiosas reliquias religiosas. Años después corrió el rumor de que se habían instalado los siete obispos en un lugar lejano, más allá del mundo conocido en esa época, y habían fundado las ciudades de Cíbola y Quivira.
De Cíbola a Quivira
La leyenda decía que esas ciudades llegaron a tener grandes riquezas, principalmente en oro y piedras preciosas. Esa leyenda fue la causa de que exploradores españoles y sus gobernantes trataran en vano de encontrar durante siglos las legendarias ciudades.
La leyenda creció a tal grado que con el tiempo ya no se hablaba únicamente de Cíbola y Quivira, sino de siete magníficas ciudades Aira, Anhuib, Ansalli, Ansesseli, Ansodi, Ansolli y Con, construidas en oro, cada una de ellas había sido fundada por cada uno de los siete obispos que partieron de Mérida al ser conquistada por los moros.