Además de la forma habitual de hacer huelga, entendida como el cese temporal del trabajo para expresar una queja u obtener mejoras laborales, existen otras formas de presión por parte de los trabajadores. Destacan, entre otras, la huelga de celo o de reglamento, que consiste en hacer estricta y escrupulosamente aquello a lo que obliga el contrato, y la llamada huelga a la japonesa, que se trata de producir por encima de lo que la empresa puede vender.
En cuanto a la huelga de brazos caídos, tiene lugar cuando los trabajadores cesan en el desempeño de su trabajo pero permanecen en su puesto durante la jornada laboral.
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