domingo, 6 de enero de 2013

¿Saben matemáticas las hormigas?

Se acerca la época de hacer cuentas con el fisco. Igual le podemos dejar tan engorroso asunto a una hormiga. Un estudio publicado en la revista Behaviour sugiere que las hormigas son más inteligentes que muchos niños de primaria cuando se trata de las matemáticas. El artículo viene firmado por la Dra. Zhanna Rezhikva y el Dr. Boris Ryabko, de la Universidad Estatal de Novosibirsk y de la Universidad Estatal de Siberia, respectivamente.

Estos investigadores ha analizado una gran variedad de especies animales para determinar su capacidad para contar y completar tareas básicas de matemáticas.Y escriben que las especies de hormigas altamente sociales, como las hormigas rojas de las secuoyas, pueden comunicar información sobre el número de miembros de la colonia y también realizar operaciones aritméticas simples.

Existe una enorme evidencia que muestra que las diferentes formas del juicio cuantitativo se dan en una amplia gama de especies, tanto de vertebrados e invertebrados. Y parece que con las eficientes hormigas lo han comprobado. La razón de que no se hubiera logrado hasta ahora es que la mayoría de los experimentos para estudiar el procesamiento numérico en los animales se ceñía al estudio del sujeto a nivel individual.
En este estudio se ha permitido que las hormigas empleen sus medios de comunicación propios y por lo tanto no se requiere enseñarlas a resolver problemas ni un lenguaje para comunicarlo. Simplemente hay que sentarse a comprenderlas.


Con este enfoque, los investigadores rusos descubrieron que los miembros de las especies altamente sociales de las hormigas poseen la habilidad numérica, que son capaces de transmitir información sobre los números y realizar operaciones aritméticas simples con números pequeños; operaciones que les sirven, por ejemplo, para discriminar cantidades grandes o pequeñas de comida.

Para algunos de sus experimentos, los investigadores usaron un laberinto con cajetines de retención de alimentos en determinados lugares, diseñados de tal manera que las hormigas no pudieran comunicarse dejando un rastro químico de olor.

Con el fin de alertar a otras compañeras de la ubicación de los alimentos, presumiblemente las hormigas pueden pasar mensajes a otros congéneres: no sobre el número de la casilla, sino de la distancia a la misma o sobre el número de pasos que las separa del alimento, lo que demuestra que las hormigas son capaces de utilizar los valores cuantitativos y pasar información acerca de ellos.

Creo que no es suficiente para que pongamos a hacer declaraciones de la renta a las hormigas, pero la confirmación de la habilidad numérica de estos insectos podría abrir nuevos horizontes en el estudio de la cognición numérica de las especies, algo que hasta ahora habíamos visto con divertimento (¡qué gracioso el lorito que sabe hacer el puzzle!), con emoción (¿cómo habrá calculado la distancia esa paloma mensajera?) y hasta con pena, cuando forzamos a los chimpancés a hacer de superdotados para que salgan chulos en los calendarios.

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